viernes, 4 de noviembre de 2011

ENCUENTRO ARCIPRESTAL DE FORMACIÓN


El Domingo 30 de Octubre nos reunimos un centenar de personas, de todo el Arciprestazgo del Campo de Calatrava, para dar comienzo el Curso de Formación Común Arciprestal. El Tema inicial lo expuso el sacerdote responsable arciprestal de formación y versó sobre: El tema de la oración. Nos decía:
                “Hemos elegido para este curso de formación el tema de la oración. Según el Catecismo de la Iglesia Católica, es la cuarta dimensión de nuestra fe, como ha vivido la Iglesia desde sus orígenes (Hch 2,42). Por la oración personalizamos lo que creemos y vivimos en nuestra fe”.
-          No se trata solo de saber y aceptar, sino de saborear lo que creemos (PROFESIÓN DE FE).
-          No se trata solo de celebrar en comunidad la fe y recibir la vida del Señor, sino de tratar con amor con ese Señor que nos da la vida (SACRAMENTOS).
-          No se trata solo de vivir la voluntad de Dios en el amor al prójimo, sino de conversar con quien nos ha amado y nos llama a transformar el mundo (LA VIDA EN CRISTO).
Nos decía también sobre la Formación y la  oración: “A rezar se aprende orando. ¿No podemos desviar la atención si nos dedicamos a “hablar de la oración”, sin encontrar tiempo nunca para orar? Efectivamente: si no rezamos no aprenderemos a orar”. Entre otras muchas cosas nos daba algunas recomendaciones:
             Es importante la constancia en la oración porque, en el amor, es fundamental la fidelidad. En concreto, vamos a hacer algunas indicaciones para la santificación del tiempo.
La oración diaria
Se puede rezar tres veces al día: en la mañana, al mediodía y por la tarde. Los judíos unen esta oración a cada uno de los patriarcas: Abraham, Isaac y Jacob. La Iglesia, por otro lado, también nos pide que recemos al día tres veces el Padrenuestro (Laudes, Eucaristía y Vísperas). Podemos, por tanto, proponer una oración tres veces al día en la que, brevemente, se rece un Padrenuestro y se pida por las actitudes de cada uno de los patriarcas:
·         Oración de la mañana: pedir el don de la fe, como Abraham el creyente. Rezamos un Padrenuestro.
·         Al mediodía: pedir el espíritu de entrega, como Isaac (Gn 22). Un Padrenuestro.
·         Al atardecer: pedir la perseverancia y la fidelidad, como Jacob, que luchó con Dios (Gn 32). Un Padrenuestro.
También podemos rezar al final de la jornada, con tres intenciones que resuman el día desde Dios. Se puede unir esta oración al rezo de las tres Avemarías:
·         Elegir un momento del día por el que dar gracias a Dios. Avemaría.
·         Elegir un momento por el que pedir perdón. Avemaría.
·         Elegir una petición, una súplica, una intención. Avemaría.
De esta manera, podremos hacer una oración ligada a nuestra vida, podremos iluminar la vida desde la presencia consciente de Dios.
La oración semanal: Sería conveniente dedicar algún rato de la semana a rezar un poco más intensamente. Si es frente al sagrario, mucho mejor. También se puede usar la Palabra de Dios.


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